El desarrollo de nuestra civilización ha modificado, y en muchos
casos de manera substancial, el paisaje terrestre. Las ciudades y poblados en
los que vivimos, así como los campos de los que obtenemos nuestros alimentos
han removido a los ecosistemas originales, secado lagos y ríos, como en el caso
de la Ciudad de México.
También hemos llevado a la extinción a numerosas especies y
sobrecargado la atmósfera con gases y contaminantes que causan cambios en el
clima, todo ello para establecernos y permitir que nuestras ciudades y pequeños
poblados sigan creciendo.
Nuestro impacto no ha terminado ahí. Los productos que empleamos
en nuestra vida diaria provienen de la explotación de los recursos naturales de
muchos de los ecosistemas del planeta.
Los alimentos que consumimos, la madera que empleamos para
la construcción, los muebles o el papel, los plásticos que envuelven los
artículos de la vida moderna, o los químicos que se emplean en la industria,
agricultura o el hogar, todos de alguna manera están relacionados con ligeras perturbaciones
o severos daños al ambiente. No es exagerado decir que nuestro planeta ha
cambiado, y en muchos casos de manera irreversible, con la expansión y el desarrollo
de nuestra civilización. Para muchas personas, sobre todo las que viven en las
grandes ciudades, los efectos ambientales de la producción de bienes y
servicios pueden pasar desapercibidos, ya que se producen muy lejos de nuestros
hogares o trabajos.
Ejemplo. Ciudad de México 1973 Ciudad de México 2000
Agentes de cambio y sus efectos en el ambiente.
A continuación la presente infografía nos muestra los agentes de cambio y los impactos en el ambiente.
![]() |
Crecimiento de la Ciudad de México en 27 años |
A continuación la presente infografía nos muestra los agentes de cambio y los impactos en el ambiente.
Las poblaciones de las que formamos parte ejercen sus
impactos en el ambiente a través de un variado conjunto de actividades productivas,
entre las que destacan la agricultura y la ganadería, la industria, el
desarrollo urbano -en forma del crecimiento de las ciudades y poblados y su
infraestructura asociada y el turismo, entre muchas otras. A través de estas
actividades obtenemos los bienes que observamos a nuestro alrededor y los
servicios con los que satisfacemos nuestras necesidades diarias. Podemos citar
los alimentos que consumimos, los muebles de nuestras casas y trabajos, el
papel que utilizamos, las prendas que vestimos y los medicamentos que nos ayudan
a curar alguna enfermedad.
Como lo hemos mencionado, la producción o uso de todos esos
bienes tiene consecuencias en el medio ambiente: la pérdida y alteración de los
ecosistemas y de su biodiversidad, la contaminación del agua, el aire y los
suelos; y el cambio climático global y la reducción del grosor de la capa de
ozono que nos protege de los peligrosos rayos ultravioleta de sol.
Todos los elementos del ambiente están estrechamente
relacionados, los problemas ambientales que afectan a uno de ellos tendrán, en
el corto, mediano o largo plazos, algún efecto directo o indirecto sobre uno o
más de los restantes elementos.
Los efectos