Al calcular la huella ecológica, es posible conocer la magnitud con qué cada actividad contribuye a determinar su tamaño. Sabemos que a nivel mundial la superficie necesaria para la captación o secuestro del bióxido de carbono ( CO,) producido por la quema de los combustibles fósiles, el gas natural y el carbón, es el rubro que más aporta a la huella ecológica, demandando poco más de 47% de la superficie total requerida para cubrir nuestras necesidades. Esta captación o secuestro del co2 la realizan principalmente los bosques y los océanos -aun cuando la contribución de estos últimos no se contabiliza en la huella ecológica-, lo que evita que todo ese gas se concentre en la atmósfera y se exacerbe el llamado "efecto invernadero.. Si deseas saber más acerca de este efecto y del cambio climático, consulta la sección de Cambio climático y ozono.
La superficie requerida para el secuestro del C02 es el componente de la huella ecológica que ha tenido el mayor crecimiento en el mundo: entre 1961 y el año 2003 creció más de 9 veces. También en México, este rubro es el más importante, contribuyendo con cerca de 46% al valor de nuestra huella ecológica.
A la captación del C02 le sigue en su contribución a la huella ecológica, tanto en México como en el mundo, la superficie que requiere la agricultura -que ascendiera cerca de 27 y 22%, respectivamente.
La ganadería es la tercera actividad que más contribuye a la huella ecológica nacional (13%) y le sigue la superficie que necesitamos para la extracción de madera para producir pulpa y papel, con cerca de 5%.